Zama el tecnólogo, Zama el humanista
No es que todos estos años en el TEC sean una pérdida total.
De hecho, se puede afirmar con certeza incontrovertible que si la escuela me enseñó a leer y el colegio a sumar, el Tec me definió como persona y me enseñó a pensar. Puedo decir que soy una persona muy diferente a la que llegó a Cartago hace casi una década y media.
El hecho que Electrónica no fuese lo que yo esperaba, eso le pasa a cualquiera. Lo importante es que cuando ingresé al LAIMI en 1997 sin saber distinguir un disipador de calor de un disco duro marcó una verdadera revolución en mi vida. Pasé entonces a ser un arreglacompus, y recién en estos días que se celebra el 15 aniversario de la web comprendo que yo he asistido a su crecimiento desde hace ya 12 años.
Aparte de mi autonombrado papel de pionero ( recuerdo cuando aparecieron los primeros mp3!!!) supongo que en algún momento de mi existencia llegué a pensar que pasaría el resto de mi vida entre desatornilladores y discos compactos. Si así fue, ya no me acuerdo, pero eso no significa que la transición sea sencilla.
Aquellas ideas que antes dejaba de lado diciéndome para mis adentros que las llevaría a cabo luego, cuando cumpliese treinta, bueno, ya tengo treinta.
Así las cosas, en realidad no tengo dudas de cual será mi norte. Pero eso no hace que todo sea más fácil.
Se trata de abandonar aquello que me brinda una cierta seguridad por la incertidumbre de lo desconocido. Algo así como ir en un automóvil y ver a lo lejos un muro infranqueable, y no frenar en lo absoluto mientras la pared se acerca cada vez más…
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