Zama Presenta

martes, agosto 22, 2006

Zama el tecnólogo, Zama el humanista

No es que todos estos años en el TEC sean una pérdida total.

De hecho, se puede afirmar con certeza incontrovertible que si la escuela me enseñó a leer y el colegio a sumar, el Tec me definió como persona y me enseñó a pensar. Puedo decir que soy una persona muy diferente a la que llegó a Cartago hace casi una década y media.

El hecho que Electrónica no fuese lo que yo esperaba, eso le pasa a cualquiera. Lo importante es que cuando ingresé al LAIMI en 1997 sin saber distinguir un disipador de calor de un disco duro marcó una verdadera revolución en mi vida. Pasé entonces a ser un arreglacompus, y recién en estos días que se celebra el 15 aniversario de la web comprendo que yo he asistido a su crecimiento desde hace ya 12 años.

Aparte de mi autonombrado papel de pionero ( recuerdo cuando aparecieron los primeros mp3!!!) supongo que en algún momento de mi existencia llegué a pensar que pasaría el resto de mi vida entre desatornilladores y discos compactos. Si así fue, ya no me acuerdo, pero eso no significa que la transición sea sencilla.

Tengo presente que mi creciente afición por la historia comenzó en mi infancia, pero no fue sino hasta avanzados mis veintes que pude discernir que el pasatiempo era más bien una pasión. Miro mi biblioteca llena de libros sobre la Segunda Guerra Mundial y de biografías y me pregunto dónde están los libros de cálculo y de física que estoy seguro que compré hace una década larga. Compruebo con cierta indiferencia cómo las pilas se derramaron en mi costosa HP48G tras meses… años de ni siquiera encenderla.

Aquellas ideas que antes dejaba de lado diciéndome para mis adentros que las llevaría a cabo luego, cuando cumpliese treinta, bueno, ya tengo treinta.

Así las cosas, en realidad no tengo dudas de cual será mi norte. Pero eso no hace que todo sea más fácil.

Se trata de abandonar aquello que me brinda una cierta seguridad por la incertidumbre de lo desconocido. Algo así como ir en un automóvil y ver a lo lejos un muro infranqueable, y no frenar en lo absoluto mientras la pared se acerca cada vez más…

Los planes están hechos como a mi me gustan, a grosso modo. El otro año me voy para Heredia, le digo a todo el mundo. Lo hago precisamente para quemar las naves, para que no haya marcha atrás. Cursi como suena, eso de que el universo conspira para hacer realidad los sueños de cada quien me cae como anillo al dedo.

Todo parece indicar que para financiar el cambio de vida deberé seguir siendo un tecnólogo por algún tiempo más. No importa. Pero imagino una vida donde una conversación cualquiera no gire alrededor de los milagros del IP ni de los buenos deseos para que AMD aplaste finalmente a Intel (aunque todos sabemos que los Core Duo le están dando una paliza a los Opterones de 64 bits).

Si no fuese por el If de Kipling, a lo mejor y sentiría algo de angustia en la punta del dedo meñique de la mano izquierda por lo incierto que puede resultar el futuro…